DEFECTOS DE UN EGO

Si el tema del año pasado, durante la comida de navidad, y con toda la familia como sector participante, fue mi "futuro" ( " i won´t to be a freak ") , este año el asunto tomó aires menos aceptables por mi parte. Me explico.

Todo empezó tras recibir un mensaje de texto de M. que decidí compartir con mi primo, dada nuestra eterna complicidad a pesar de los años y la distancia. " Nos vemos, my little butch", se le ocurrió leer en voz alta el final del sms. Antes de poder explicarle el porque y la gracia de tal final, confiados en la lejanía de estar apartados del resto y en la esquina de la mesa mas alejada de los "adultos", mi tío, con la oreja medio pegada a las burradas que soltábamos, se interesó por esas palabras. Y de mi tío, que también repitió la frase al aire, el interés se contagió a su mujer, mi tía, y de ella a su hermana, y de ésta a mi otro tío, y de él a mi padre, a mi cuñada, mi hermano, mi prima y su marido, mi otra tía, el novio, y así sucesivamente hasta llegar de nuevo a mi.
No quise liarme, y ya que la pregunta mas repetida era solo por la palabra "butch", fui al grano.
" Es para referirse a una mujer lesbiana masculina" aclaré sin ganas de alargar mas el tema ni dar muchas mas explicaciones.
Y entonces ocurrió. Sobre la mesa, voló esa maldita y odiosa palabra; "marimacho".
Mi madre, que adivino de lejos mi rebote por tal comentario, intentó suavizar la situación añadiendo muy poco acertada, la pobre mujer, que " eso lo superaste hace mucho".

Ante tanta ignorancia en mi contra, di por perdida la batalla y la guerra con el dichoso tema de ser o dejar de ser mas o menos mujer por como soy, por como visto, y por lo que me gusta hacer.
No valía la pena liarme en otra "bronca", pues de la anterior, un par de horas antes, salí no solo escaldada, sino como la nueva dictadora del siglo XXI .

Pero sigo indignada. Tremendamente indignada.
Y sin llegar a comprender muy bien como se supone que va esto de ser mujer en el mundo de los heterosexuales, reafirmo mi poca disponibilidad a dar ningún tipo de explicación a como soy, negándome por completo y absolutamente a permitir que si quiero ser aceptada como MUJER en esta sociedad debo verme sometida a un sinfín de estúpidos tópicos, ceñidos, creados, y prolongados, la mayoría, por un mundo sin duda, en efecto, y terminantemente masculino.
Me considero mujer por mucho mas que mis pechos y tener vagina.
Soy butch cuando me apetece, y la mas femme si quiero. Y sí, se fregar, lavar platos, y sacar corners. Llevo con la misma gracia tacones que botas, sudaderas que tops, y me espachurro con la misma facilidad que cruzo las piernas, soy la mas recatada y la mas basta a la vez, combino sutilmente inteligencia y fuerza, y mis ovarios son tan o mas grandes que cualquier par de testículos. No me considero mejor que ningún hombre ni por debajo de cualquier mujer.
Soy camaleónica. Soy práctica. Soy yo, y soy así.



" Yo, una mujer que se descubrió lesbiana un día para sacar del armario esa otra parte mía, escondida. Yo, que saqué como si estuviera de moda otra vestimenta de curvas y pelo largo, esta otra cadencia al hablar y al caminar con la que seduje a todos al confirmar, con esa ciencia cierta que no existe, que una mujer me había hecho definitivamente mujer" .

( sofia ruiz; sexutopias )