DEFECTOS DE UN EGO

Tal y como he podido leer en uno de los blogs que sigo fielmente, "el 2008 se retira avergonzado".
Que nadie cierre la ventana aún, que hoy no traigo el típico balance ( pasteloso ) que suelo hacer para estas fechas. No hay tiempo, ni ganas, ni valor, ni suficiente sinceridad en mi, ni comprensión, para hacerlo. Ando demasiado liada intentando encajar (aun) los cambios de estos últimos meses.
Tampoco me decido desde que posición contar que sucede a mi alrededor, y me sobra miedo cada vez que pienso en lo que queda por venir y hacer. Así que seré breve.

Mi parte mas optimista me obliga a darle una oportunidad al 2009, antes de machacarlo a reproches.
Esa pequeña y molesta porción inmadura de mi, me lleva a caer en la tentación de "pillar una buena" para fin de año, a ver si entrando "despistada" logro engañar a tanta impotencia.
El lado realista sugiere ser mucho mas práctica; "lo que tenga que ser será, punto."
De mi extrema sensibilidad, y dado que no he hecho mas que dar palos de ciego con ella, no me fío ni un pelo.
La poquita esperanza que queda prefiero reservarla, poniendo en su lugar mi vanidad y mi orgullo, sacando de ellos la fuerza y el equilibrio que me hace falta para estos días.
Invierto mis miedos en la necesidad por creer que, aunque demasiadas cosas se encuentran al límite, nada terminara por derrumbarse irremediablemente.
Y mi sexto ( y séptimo, y octavo) sentido, me concede el deseo de poder desearos a tod@s, sino unas felices, unas buenas fiestas y un mejor año nuevo.