3:47 p. m.

Rehab

Publicado por Ixabone |






Cuando alguien te decepciona, la parte difícil no es llegar a perdonar el porque u olvidar el como, sino sacarte de las entrañas lo amargo de tal desengaño.
No caer víctima de tu propia ira.
Controlar los devastadores efectos de un rencor que nace a demasiada profundidad desde dentro de uno mismo.
Ser capaz de dejar al tiempo lo que la razón no puede o no sabe sanar.
Sobrevivir al peso de las ilusiones derrumbándose sobre ti.

En eso ando metida desde hace unos meses, rehabilitando partes rotas de este ego, y no es nada sencillo, la verdad, pues al orgullo, cuando se le hiere, no entiende de fidelidad, la mente, no sabe perdonar, y el corazón, no puede olvidar.
Pero aliviar estos sentimientos no es una opción, sino una obligación personal.
Y aunque de mi, y de la historia que me ha traído hasta este momento, solo queda en pie una larga y tóxica lista de preguntas envenenadas por el engaño y la culpa, tengo promesas que cumplir. Por mi, por ella, y por un efímero nosotras.
Todo lo demás queda como insalvable, demasiado podrido, o sin necesidad de ser sometido a tratamiento.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Uff la decepción....como duele..y sigue doliendo...


Saludos rubia, de la otra rubia que se fue, volvió, y ahora se vuelve a ir...

eva-escort madrid dijo...

Nos decepcionan quien más queremos y a quienes más le hemos dado de nuestro interior. Pero en el fondo de nuestro ser, cuando nos decepcionan no nos pilla de sorpresa, lo que pasa es que no queriamos verlo, sabiamos que no estaba todo claro en esa relación, que tú dabas más que recibias... ahí esta el problema, esperar recibir por lo que hemos entregado. Hay que dar sin esperar nada a cambio y así nadie te decepcionará. Difícil verdad?

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