DEFECTOS DE UN EGO

Desquiciada por una actitud, mas que cambiante, digamos alterna, me encuentro en plena revolución personal y atacada por varios francos, sin poder otra que cerrar.
Mi mundo se tambalea, y quien soy se ve en entredicho por mi propia moral y mi propia conciencia, ambas de acuerdo y preocupadas, únicamente en que es necesario convocar elecciones antes de caer en manos de un golpe de estado propio.
Las bajas en esta guerra son incontables, sino por numerosas, por ser de un valor inestimable, aunque visto lo visto, mal estimadas, y una nueva constitución entre manos torpes que escribir y con la que gobernar de nuevo este ego.
Y un pequeño pero puñetero e inoportuno Frente Libertario, exigiendo formar parte de este, y hasta ahora, triunvirato regente.
Así pues, un rey sin corte, una republicana nata, y un demócrata empedernido, necesitan tiempo y espacio para verse las caras antes de traicionarse mutuamente, y evitar que una revolución acabe en otra guerra mundial.