DEFECTOS DE UN EGO

Que dificil parece hablar de Fe.
Un tema delicado, con dos lados socialmente bien divididos y enfrentados, demasiadas maneras para intentar comprender lo mismo, ideas que chocan una y otra vez a lo largo de toda la historia del ser humano.
La Fe, algo que se tiene, se necesita, o se busca, un grito de esperanza para algunos, y modelo de vida de otros, algo hetereo, invisible, impalpable, y omnipresente, gratis para algunos, y demasiado cara para los demas.
Bueno, pues aqui os dejo mi historia con la susodicha Fe.

Todo empezo una tarde de invierno, cercana a las navidades, cuando despues de un dia mas de trabajo en Sepulveda, Sole y yo, en compañia de Iris, nos tomamos una merecidas cervezas en el bar de la esquina. Y bueno, todas las que hayais tomado alguna vez cerveza conmigo, ya conoceis lo profunda que me pongo... Asi que sin mas, y la verdad sin recordar muy bien como salio el tema, nos pusimos a hablar de fe.
En efecto, y como si viniera en todo codigo genetico de lesbiana, las tres negamos rotundamente la creencia en un ser todo poderoso y omnipresente, y llegamos a la conclusion, de que a veces y que por desgracia, la fe es algo mas bien motivado por la necesidad que por una creencia firme. Asi pues, tras concluir que la fe es una especie de clavo ardiente al que agarrarse para muchos, me vino la idea de este post. Pero las cosas se complicaron, y me vi forzada a tragarme las primeras palabras que tenia pensadas para este momento, y la cosa quedo apartada, hasta que pudiera encontrar la manera, mi manera, para plasmar aquella conversacion tan interesante.
Lo aplace, un mes, dos meses, cuatro meses, hasta que me di cuenta de que mi reencuentro con las palabras perdidas y aquellas ideas tan firmes que tenia sobre la creencia, la necesidad y la fe, iba a ser imposible, porque aquella manera de ver y vivir mi relacion con la esperanza del Señor, habia cambiado.
Y ademas recuerdo en que momento cambio, cuando y porque.
A mediados de Enero, la situacion se complicaba aun mas, poniendo a prueba mi capacidad de sorpresa, de comprension, de aceptacion, mi capacidad para resistir jugarretas del destino, tanto ajenas como propias, y fue entonces cuando surgio, fue entonces cuando en el intento de un ultimo suspiro, levante la mirada hacia el cielo y en medio de la calle Sepulveda,
dije " Macho, calmate un poco y danos algo de tregua, quieres".
Por supuesto mi primera reccion fue pensar " Ya esta, ya estas majareta de por vida, Isa". Los dias posteriores a mi pequeña reclamacion aerea, la cosa estaba ya mas clara que el agua, y las palabras anheladas volvian a mi, y los motivos, y las razones, y la confusion, y la conversacion que mantuve con mis dos compañeras de "filosofia profunda".

Nunca le he tenido mucha simpatia a Dios, ni siquiero puedo creer en el, no me gusta en absoluto la Iglesia ni lo que esta haciendo con la fe y la necesidad de tanta gente, con la vida de tanta gente, creyendose poderosos por tener la voz del Señor bien apredida y a su favor, no me se el Padre Nuestro ni el Ave Maria, casi me quedo sin comunion por reirme del cura que la ofrecia, e incluso me hecharon de una Boda por irreverente y maleducada en la casa del Padre.
Aun y asi, aun recuerdo com si fuera ahoro mismo, cuando de mis entrañas salio la necesidad de creer en algo mas, la necesidad de culpar alguien de lo que estaba ocurriendo, de creer que habia alguien que sí podia hacer algo.
Son creencias vacias, imposibles, ilogicas e impropias de mi, pero cada noche, le pido al techo de mi habitacion, algo de paz y bien, para cada una de nosotras.
Cuestion de fe, supongo.