Cuando alguien te decepciona, la parte difícil no es llegar a perdonar el porque u olvidar el como, sino sacarte de las entrañas lo amargo de tal desengaño.
No caer víctima de tu propia ira.
Controlar los devastadores efectos de un rencor que nace a demasiada profundidad desde dentro de uno mismo.
Ser capaz de dejar al tiempo lo que la razón no puede o no sabe sanar.
Sobrevivir al peso de las ilusiones derrumbándose sobre ti.
En eso ando metida desde hace unos meses, rehabilitando partes rotas de este ego, y no es nada sencillo, la verdad, pues al orgullo, cuando se le hiere, no entiende de fidelidad, la mente, no sabe perdonar, y el corazón, no puede olvidar.
Pero aliviar estos sentimientos no es una opción, sino una obligación personal.
Y aunque de mi, y de la historia que me ha traído hasta este momento, solo queda en pie una larga y tóxica lista de preguntas envenenadas por el engaño y la culpa, tengo promesas que cumplir. Por mi, por ella, y por un efímero nosotras.
Todo lo demás queda como insalvable, demasiado podrido, o sin necesidad de ser sometido a tratamiento.
Perbedaan Air Sadah dan Air Lunak
Hace 3 semanas