DEFECTOS DE UN EGO

A veces me ocurre.
A veces me harto de vivir de la alegría ajena.
A veces la lucha contra la apatía y la rutina se me hace demasiado cuesta arriba.
A veces por mas que lo intente, no logro entender a las personas.
Aun y así, he seguido aferrada a la idea de confiar en el ser humano porque encarar a la soledad no es tarea fácil.
A veces, cuando me saturo, cuando de un uso se hace un abuso, y lo poco que soy capaz de dar se menosprecia, cierro puertas, recojo la tienda, y me piro.
Llegado a este extremo de ofuscación, siempre, sin duda, ni vuelta atrás, ten por seguro que algo entre tu y yo cambia y se pierde.

Pues, tras ser un iceberg, un robot, y una mujer rana, hoy me siento como un egoísta y desconfiado caracol.
Todo lo que necesito lo llevo acuestas.
Si no me gusta lo que veo, me voy a otro huerto.
Y lo importante queda dentro de la coraza, sano y salvo.
Lo demás, para entretener la mente.